Como decíamos en el post anterior, uno de los mayores peligros para nuestras campañas de marketing online son los bots o programas que simulan interacciones con tu web. Por desgracia, según un estudio de Oxford BioChronometrics, pone este tipo de actividad por encima del 88%, con lo que supone.

Con respecto a la analítica web, uno de los principales problemas que nos podemos encontrar es el referral spam. Básicamente son webs que se publicitan “soltando” bots que visitan nuestra web, dejando su registro. Si ves que tienes muchas visitas cuya fuente es del estilo seo-platform.com , cuidado, porque es referral spam y no va a aportar nada a tus estadísticas.

Para arreglar esto, tendremos que crear una serie de filtros que nos ‘oculten’ las visitas de este tipo.

Pero hay otros peores, que son los que interfieren en las campañas CPC –coste por click- . Imagínate que preparas una campaña de este estilo porque acabas de abrir tu web. Esto requiere un desembolso que, si se encuentra con un tráfico falso haciendo clicks, puede reducir notablemente el impacto de tu campaña.

Para ello, Google Adwords tiene una serie de filtros para considerar los clicks sospechosos. Todos los clicks de robots son automáticamente enviados a la “nevera”, donde Google analiza minuciosamente la fuente de los clicks, su comportamiento,… Si considera que los clicks no son válidos, pasan a ser excluidos de futuras conversiones y no se tiene en cuenta para el pago de los clicks.

Por lo tanto, aunque tengamos algún tipo de defensa ante los bots, no podemos perder de vista los informes de visitas, que son los que finalmente nos darán las pistas sobre quien nos visita y si su comportamiento es coherente.

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