Esta semana se ha conocido que la hacienda vasca está estudiando medidas para evitar la ‘contabilidad B’ en los sectores de la hostelería y el pequeño comercio. Según señalan fuentes oficiales, los organismos de vigilancia detectaron un fraude de hasta 826 millones de euros.

Estas mismas fuentes aseguran que una gran parte de las empresas inspeccionadas alteraban el software de sus cajas registradoras con el objetivo de declarar menos ventas de las realizadas. Por ello, pretenden llevar la vigilancia a este tipo de sistemas informáticos, denominados “software de doble uso”.

El plan de la Hacienda vasca contra este tipo de fraude sería dotar a las cajas registradoras con un mecanismo de control que envíe directamente los datos de ventas a los organismos públicos. Se trata de un método puesto en práctica en Canadá y Austria que permitirá a los inspectores desentenderse de este control, ya que se realizará de manera telemática.

Emitir facturas

De esta manera, los 265 inspectores de Hacienda en el País Vasco podrán dedicarse al control de la emisión de facturas. Este es otro de los aspectos en los que se pretende hacer un mayor esfuerzo, que ya se comenzó a realizar en 2014. Ese año, se llegaron a poner 30 sanciones de hasta 600€ por no entregar facturas simplificadas.

Plan contra la evasión en grandes empresas

Según indican las instituciones vascas, también se pretende hacer un seguimiento más estricto a los grandes grupos empresariales que operan a nivel internacional. El fisco considera que estas empresas utilizan sus filiales para evadir impuestos mediante los llamados “precios de transferencia”. Esta táctica consiste en realizar transacciones entre las diferentes empresas del grupo, cambiando el valor de los productos.

Así, se quiere terminar, no sólo con el fraude en pequeñas empresas, sino también en aquellas que, por su tamaño, se permiten mantener estructuras artificiosas cuyo objetivo es mantener parte de su volumen de negocio.