En este último artículo dedicado a las tendencias del comercio electrónico vamos a hablar de un concepto que se está popularizando muy rápidamente y que recoge el Estudio Anual de eCommerce IAB: El consumo colaborativo.
Para encontrar el origen de este nuevo modelo, tenemos que remontarnos al inicio de la crisis, cerca de 2008. Desde entonces hasta 2014, se produce un incremento de las conexiones de banda ancha domésticas, del 43,6% hasta el 74,4%*, gracias en parte a la bajada de los precios que hubo en este tipo de servicios.
Con unos ingresos cada vez más escasos y una capacidad para conectarse a Internet, también a través del móvil, en aumento, los usuarios ven una manera de lograr ingresos extra y conseguir productos más baratos: Colaborar a través de internet mediante anuncios gratis en Internet, Páginas para vender cosas de segunda mano, y otras plataformas como Ebay, Vibbo o, el referente multisector del consumo colaborativo: Wallapop.
Nuevas plataformas para el consumo colaborativo
Esta situación despierta el ingenio de muchas personas, que vuelven a recurrir al trueque, a través de plataformas que ya existían, como foros y redes sociales. Faltaba el siguiente paso: Crear una plataforma específica para poner anuncios gratis en internet de manera cómoda. Webs como Blablacar empiezan a surgir alrededor de 2012.
Surgen puntos de encuentro específicos en los que los interesados pueden interactuar libremente y poner las condiciones para llevar a cabo el intercambio. Este tipo de plataformas, que comenzaron siendo alternativas, ahora son conocidas por el 92% de los compradores online.
La mayoría de las personas que usan páginas para vender cosas de segunda mano tienen entre 30 y 45 años, aunque el abanico se puede extender hasta los 16, llegando a un 70% de los ‘consumidores colaborativos’. Un público realmente joven y muy informatizado que muy posiblemente crecerá con este modelo en el que el reciclaje y el análisis minucioso de los mejores precios toman el protagonismo.
De hecho, los menores costes son las principales motivaciones para utilizar este tipo de plataformas. Además, se trata de un sector, de momento, poco afectado por el interés comercial, ya que únicamente el 16% de los usuarios dedican su uso a vender exclusivamente.
Estamos, pues, ante un nuevo modelo de consumo más responsable, alejado al derroche anterior a la crisis, en el que Internet va a jugar un papel fundamental. Sin embargo, cuestiones como la regulación de estos entornos es algo que hay que desarrollar todavía para evitar las transacciones insatisfactorias y las estafas. Generalmente, estas plataformas tienen regulaciones internas bastante eficientes, pero la ausencia de documentos oficiales en algunos casos dificulta las reclamaciones.
Ante esto, lo mejor es buscar valoraciones y contrastar no sólo los precios. Así será más complicado llevarse decepciones, ya que no hay mejor consejero para una compra satisfactoria que otro comprador satisfecho.